El deterioro cognitivo severo implica un estado del paciente en el que sufre una gran pérdida de la memoria así como graves problemas de conducta, movilidad y problemas comunicativos.
Se puede dar el caso de que llegado este punto ya no reconozca a las personas que tiene a su alrededor, ni los lugares en los que se encuentra, etc. Llegado este punto de la enfermedad, el paciente no puede casi valerse por sí mismo ya que necesitará ayuda para solventar cualquiera de sus necesidades básicas como son asearse, alimentarse o trasladarse a cualquier estancia. Además, este estos pacientes son muy vulnerables a infecciones, especialmente a la neumonía.
Debido a todos estos factores, sus necesidades dependerán en la mayoría de los casos de un cuidador o una ayuda externa de personas expertas o instituciones.
Aquí van algunos consejos que ayudarán al paciente y a sus familiares y cuidadores:
– Escuchar con atención lo que la persona tiene que decir, y darle mucho ánimo. Si la persona tiene dificultad para encontrar la palabra correcta o terminar una frase, pídale que la explique de una manera diferente; que le dé pistas para poder encontrarla
– Prestar atención al lenguaje corporal: movimientos agitados o una expresión facial tensa puede causar malestar o angustia, y puede hacer más difícil la comunicación.
– Utilizar el contacto físico para tranquilizar a la persona.
– Vigilar los hábitos de higiene y los cambios posturales.
Para su bienestar y el de las familias se recomienda asistir a centros de día donde se ofrece un servicio especializado destinado a ofrecer atención asistencial, peventiva, social sanitaria y rehabilitadora a personas mayores.